miércoles, 8 de junio de 2011

NUCLEO DE LA TIERRA


NUCLEO DE LA TIERRA

La corteza terrestre es una fina capa si la comparamos con el resto del planeta. Esta formada por placas más o menos rígidas que se apoyan o flotan sobre un material viscoso a alta temperatura que, a veces, sale a la superficie a través de volcanes y que continuamente fluye en las dorsales oceánicas para formar nueva corteza.

A unos 3.000 km de profundidad se encuentra el núcleo de la Tierra, una zona donde predominan los metales y que, lejos de resultarnos indiferente, influye sobre la vida en la Tierra ya que se le considera el responsable de la mayoría de fenómenos magnéticos y eléctricos que caracterizan nuestro planeta.

El manto y el núcleo son el pesado interior de la Tierra y constituyen la mayor parte de su masa.
El manto terrestre
El manto es una capa de 2.900 km de grosor, constituida por rocas más densas, donde predominan los silicatos. A unos 650-670 km de profundidad se produce una especial aceleración de las ondas sísmicas, lo que ha permitido definir un límite entre el manto superior y el inferior. Este fenómeno de debe a un cambio de estructura, que pasa de un medio plástico a otro rígido, donde es posible que se conserve la composición química en general.

La corteza continental creció por una diferenciación química del manto superior que se inició hace unos 3.800 millones de años. En la base del manto superior la densidad es de unos 5.5. En la zona superior se producen corrientes de convección, semejantes al agua que hierve en una olla, desplazándose de la porción inferior, más caliente, a la superior, más fría. Estas corrientes de convección son el motor que mueve las placas litosféricas.
El núcleo de la Tierra
El núcleo de nuestro planeta es una gigantesca esfera metálica que tiene un radio de 3.485 km, es decir, un tamaño semejante al planeta Marte. La densidad varía, de cerca de 9 en el borde exterior a 12 en la parte interna. Está formado principalmente por hierro y níquel, con agregados de cobre, oxígeno y azufre.

El núcleo externo es líquido, con un radio de 2.300 km. La diferencia con el núcleo interno se manifiesta por un aumento brusco en la velocidad de las ondas p a una profundidad entre 5.000 y 5.200 km

El núcleo interno tiene un radio de 1.220 km. Se cree que es sólido y tiene una temperatura entre 4.000 y 5.000° C. Es posible que el núcleo interno sea resultado de la cristalización de lo que fue una masa líquida de mayor magnitud y que continúe este proceso de crecimiento. Su energía calorífica influye en el manto, en particular en las corrientes de convección. Actualmente se considera que el núcleo interno posee un movimiento de rotación y es posible que se encuentre en crecimiento a costa del externo que se reduce.

Muchos científicos creen que hace 4.000 millones de años la Tierra ya tenía un campo magnético causado por un un núcleo metálico. Su formación marcó la frontera entre el proceso de consolidación y el enfriamiento de la superficie.





El descubrimiento lo hizo en 1936 Inge Lehmann, un sismólogo danés, cuando notó que las ondas sísmicas rebotaban en un punto límite en la profundidad de lo que se creía era el centro líquido. Con este descubrimiento, el mundo supo que el núcleo de la Tierra es sólido en el centro y líquido alrededor.

“La Tierra tiene un radio de 6.371 km”, explica el profesor de sismología Xiadong Song de la Universidad de Illinois. “El radio del núcleo externo es de 3.400 km y el del núcleo interno es de 1.221 km. Así que el tamaño del núcleo interno es apenas más pequeño que el de la Luna, pero el núcleo externo tiene la mitad del radio de la Tierra”.
El núcleo está compuesto principalmente por una aleación de hierro y níquel y, como explica profesor de Princeton Jeroen Tromp, no siempre tuvo un centro sólido.
“El núcleo interno es, básicamente, resultado del lento enfriamiento del núcleo externo”, dice Tromp. “La temperatura cae por debajo del punto de fusión en el límite con el núcleo interior, lo que causa que el núcleo interior se cristalizase lentamente en el interior del núcleo exterior líquido. Este proceso continuará y llegará un momento en que no habrá un núcleo exterior líquido. Éste se habrá ido.”
La solidificación del núcleo externo lelvará miles de millones de años, pero los futuros habitantes de la Tierra sin duda notarán la diferencia. La parte líquida del núcleo es crucial para los procesos que producen el campo magnético de la Tierra.
Sin el campo magnético, el planeta estaría mucho más expuesto al viento solar, una corriente mortal de partículas de altamente cargadas.
“El campo magnético de la Tierra se genera como resultado de una convección hidrodinámica”, explica Tromp, “impulsado por las variaciones termales y su composición. A medida que se enfría el núcleo interno, los elementos más livianos quedan en el núcleo externo, y esos elementos ligeros son los que ayudan a impulsar la dínamo”.
Por supuesto, no hay razón para entrar en pánico. El núcleo interno comenzó a formarse hace miles de millones de años y le llevará miles de millones más desaparecer.
Otra característica interesante del centro de la Tierra es que muchos simiólogos piensan que el núcleo interior gira más rápido que el resto de la Tierra.
“Ese descubrimiento lo hicimos hace más de 10 años: el núcleo de la Tierra en verdad gira más rápido que la rotación de la Tierra sobre su eje, una fracción de grado cada año, relativa al giro de la superficie”, dijo Song.
Aunque esto podría no parecer mucho, ciertamente irá sumando a lo largo de los siglos. La teoría, sin embargo, no carece de detractores.
“Es algo muy debatido dentro de la comunidad científica”, dice Tromp. “En un principio la diferencia de velocidad era grande desde una perspectiva geológica, pero ahora sólo tenemos un muy sutil efecto, y ya no estoy convencido de que en realidad somos capaces de verlo”.
Por lo tanto, el centro de la Tierra no contiene ni hierro líquido ni una crema dulce, sino una esfera sólida, densa, compuesta mayormente de hierro, del tamaño de la Luna.